La Residencia Tunja 2012
Un Proyecto Artístico de Espacio Intermitente
Las residencias artísticas, espacios que implican convivir, compartir e interactuar en grupo, se han convertido en uno de los métodos de creación contemporánea, donde los artistas exploran un contexto foráneo, a través del residir en el espacio y experimentar nuevas vivencias motivadas por el lugar que se habita. Estos experimentos artísticos no son nuevos, pero han cobrado mucha fuerza en el mundo de hoy donde moverse y viajar es cada vez más fácil; los artistas seres nómadas por naturaleza, se aventuran a residir en espacios ajenos, experimentando la formas de vida de los demás, para de esta manera poder reflejar en su trabajo plástico un punto de vista diferente al del contexto propio y cotidiano.

Los artistas José Olano, Fito Segrera y Sylvanna Casalinns que bajo el nombre de Espacio Intermitente, convocaron La Residencia Tunja 2012. Donde un grupo de artistas realizaron intervenciones en el Taller del Maestro Guzmán, una vieja casa del siglo XIX conocida como “El Cotoplon”, en la ciudad de Tunja. A esta interesante iniciativa se unieron creadores como Oscar Bolívar, Matilde Guerrero, Felipe Ginebra y otro grupo de jóvenes artistas de la ciudad de Tunja, quienes partiendo de la acción de habitar o residir en este espacio, plantearon diversos trabajos de intervención de acuerdo a sus proyectos o disciplinas. La interacción generó diversas acciones donde se trabajó de manera individual o colectiva, posibilitando la creación de piezas únicas y efímeras que se exhibieron al publico de la ciudad por varios días.

Obras como “Cotoplonitos” de Felipe Ginebra y Fito Segrera, donde la experimentación en el espacio, con proyecciones de imágenes y sonidos que interactúan con el público y permite generar un ambiente donde el pasado (ambiente histórico de la casa), se confrontan con el futuro a través del uso de las nuevas tecnologías. Oscar Bolívar, también se vale de la tecnología para realizar su “Vuelta a Tunja en biciplon”, a través de una bicicleta que activa la proyección de la imagen de un recorrido por la ciudad previamente grabado, la acción de pedalear va generando la sensación de movimiento que lleva al espectador por este recorrido virtual de su cotidianidad real.

La delgada línea que en la vida de hoy separa el mundo real del mundo virtual, se ve cruzada permanentemente por el trabajo del artista Fito Segrera, quien en su obra “Trans-elemental”, una instalación que con la ayuda de un software que puede determinar las lecturas del clima y el viento del mundo virtual de Second Life, información que luego trasmite a un dispositivo robótico que genera ondas de viento en la misma dirección e intensidad en el mundo real, estas activan un móvil sonoro, provocando que el sonido que se da en el mundo real sea producto de unas condiciones climáticas de un mundo virtual.

En otra obra, el artista José Olano, interviene el espacio por medio de la redisposición de objetos comunes de gran volumen como una nevera, un armario escaparate o un sofá. Por medio de diversos mecanismos, como cuerdas, contrapesos o por equilibrio, logra suspender en el aire estos objetos, despojándolos del peso unido a su volumen. Esta ilusión de levedad genera una percepción diferente del espacio, donde los objetos parecen levitar y el espectador simplemente circula entre ellos; Olano, centra su trabajo en la observación de objetos cotidianos que ubica en entornos diferentes o que simplemente dispone de manera distinta a su ubicación natural. Estos cambios generan en el espacio nuevas asociaciones y percepciones para el objeto que despojado de su función, se convierte en un evento estético.

Como pieza central de La Residencia Tunja 2012, se hizo una especie de torre a través de la acumulación de los objetos del taller del Maestro Guzmán, en el centro de la casa se acopiaron los elementos propios de un taller de artista como caballetes, bastidores, latas de pintura, cuadros y muebles de época entre otros; Que fueron dando forma a una gran torre, creación colectiva que los artistas bautizaron como “Teoría práctica del desbaratamiento” aludiendo a la forma como el taller del Maestro Guzmán fue desbaratado para dar paso a la creación contemporánea por medio de esta gran pieza, que evoca las “Columnas Infinitas” del cubano Kcho, en medio del altiplano.

A través de una participación abierta y trabajo colaborativo, se pueden encontrar otras intervenciones de artistas que incluyen graffiti, performance y otras manifestaciones como el trabajo de Matilde Guerrero, que a través de un Magazine documenta y ofrece información sobre la experiencia de la residencia.

El experimento que se logra con la Residencia Tunja 2012, va mas allá de la teoría de la conservación de los lugares históricos, lo obvio sería que un lugar como El Cotoplon, que fue el taller del Maestro Guzmán, se conservara intacto como evidencia y testimonio del trabajo de un artista, pero el hecho que jóvenes artistas se apropien del espacio y lo conviertan en un Merzbau1, donde el taller pasa a convertirse en una gran obra de arte de creación colectiva, que anima a la participación del espectador más allá de la contemplación y lo invita de manera activa a tomar parte y hacer suya también esta experiencia creativa, es un ejemplo de cómo el patrimonio puede ser sacado de las vitrinas para el disfrute del publico, la mediación de los artistas de Espacio intermitente en este caso es fundamental y se convierten en provocadores para que la gente se aproxime y se apropio de su historia local.


JAVIER MEJIA
Curador Independiente - Red de Artistas del Caribe

Santa Marta, julio de 2012
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1. Merzbau, palabra creada por Kurt Schwitters (1919) para referirse a su estudio donde acumulaba objetos y los disponía a manera de una gran instalación.